Honestamente no tengo la menor idea para qué sirve -si sirve- un blog. Tal vez esté chapado a la antigua y en tal caso pido perdón por mi desactualización. Posiblemente el esfuerzo de Rolo haya tenido que ver con una necesidad de separar lo público de lo privado ( hubo quien se equivocó y reincidió en mandar mails a casillas laborales, profesionales, y esto dio como resultado la aparicion del blog. . En lo personal siento que me enfrió, lejos de entusiasmarme, estar ingresando en otro espacio, poner contraseñas, etcetera etcetera. Pero es una sensación mia, lo cual no significa que evitaré sumarme a este proyecto pero expreso mis dificultades respecto del mismo.
Es posible que otros compañeros compartan su sensación. eso explicaría la escasa frecuentación y entusiasmo por este espacio.
Ante todo un mea culpa, yo tampoco he sido muy prolífico. Leí, eso sí, todos los mensajes, me deleité con el viaje de Daniel a Marruecos, me prometí responderle a Ricardo (¡qué placer tenerte entre nosotros, bienvenido!) con un breve resumen de mis últimos cuarentaypico.
¿Por qué no lo hice? Para no seguir utilizando este espacio como si fuese una simple lista de correo.
Me permito entonces, enviarles algunas pistas de utilización. Nada que todos aquellos que frecuentan algún blog no conozcan.
Cada entrada que escribimos, ésta por ejemplo, abre un espacio de intercambio. Si observan con atención, verán que abajo de cada posteo (en barbarismo internauta cada entrada es un post) aparece una línea para que los lectores dejen sus comentarios, vgr. :
0 comentarios
Si apretan sobre 0 comentarios podrán responderle a Daniel, comentar su texto, abrir un espacio de discusión sobre viajes, diarreas, prevenciones etc.
¿Cuál es la diferencia con una lista de mail? Que sólo los que se interesan en el tema entran a comentar, se sientan en la mesa de café con Daniel y otros para compartir.
El que no quiere, no entra.
Les recuerdo que en el pasado hubo conflictos y discusiones bizantinas porque algunos enviaban mensajes de fútbol y otros hubiesen preferido que se hablara de otra cosa.
No se trata sólo de distinguir entre lo público y lo privado. Todos podemos comentar y entrar en cada post. Pero también tenemos la libertad de no hacerlo.
Cada entrada puede ser una invitación al diálogo y la conversación. En ese sentido los mensajes de Ricardo y Daniel son muy buenos ejemplos.
El de Daniel abre el espacio del viaje y sus peripecias. De hecho en breve haré un comentario para compartir su experiencia (viajé bastante por el Magrheb)
El de Ricardo habla del exilio y la distancia, invita a ponernos al día de nuestras vidas e intereses. Somos algo más que una profesión o un curriculum, ¿no?
Podemos sugerir temas. Omar, cuento con vos para abrir la mesa de fóbal.
Hoy, Daniel envió por mail un artículo sobre la crisis económica: ¿por qué no incluirlo aquí?
Rolo, tal vez sería interesante si se pudiese resaltar el espacio que invita a comentar.
Espero haber sido claro.
En estos días dejaré comentarios en las entradas de Daniel (viaje a Marruecos) y de Ricardo (su carta).
Para acceder a ellas basta con apretar en entradas antiguas, al final de esta página.
Vayan preparando los cafecitos y manos a la obra.
Abrazo parisino.
Jorge
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